Advertí que en este blog me
iba a soltar el pelo y lo voy a cumplir. Hoy me toca hablar mal de algo que
está tan de moda que, seguro, voy a recibir pocos elogios. Pero es que ya no
puedo más. ¿Sabéis cual es la última bobada que se les ha ocurrido? Pues
sustituir al “palo selfie”, ese invento comparable a la rueda o la cama,
decisivo en la historia de la Humanidad con…¡Tachán! ¡El “dron selfie”! No es broma. En La Vanguardia lo cuentan:
“El inventor del ROAM-e, Simon
Kantor, afirma que se le ocurrió la idea cuando estaba pensando cómo podría
mejorar un palo selfie. Lo siguiente que le vino a la cabeza fue que
volara, y esto es precisamente lo que promete este dispositivo capaz de alejarse
del usuario hasta 25 metros, tomar fotos en 360 grados y
retransmitir vídeo en directo”.
Podría
haber pensado como mejorar a ciertos políticos, a ver si salen volando….
Y yo
me pregunto: ¿Hasta dónde nos va a llevar la tecnología aplicada a satisfacer o
potenciar la estupidez humana? Ya decía Salvador Dalí que el mejor negocio que
se puede hacer es con ella como materia prima.
Resulta
patético ver en televisión (lo contaba con impotencia el Gran Wyoming en una
entrevista que no hace mucho le hizo Iñaki Gabilondo) como cualquier famoso no
puede dar dos pasos sin que un “admirador” (que, con frecuencia no sabe ni
quién es) le obligue a hacerse un selfie con él. Pues que se preparen, porque
ahora el selfie viene del cielo, esperemos que no haya desgracias.
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